Mitla fue la ciudad más importante entre los zapotecas del valle desde el año cero hasta la llegada de los españoles.
Llegamos a Mitla después de ir a Hierve el Agua, se encuentra a escasos 46 km de la ciudad de Oaxaca.
Eran alrededor de las 3 pm y la zona arqueológica cerraba a las 5pm, así que nos dimos prisa para alcanzar a recorrerla.
Mitla significa «Lugar de Descanso» en náhuatl, «Lugar de Muertos» en zapoteca o «Valle de los Muertos» para los aztecas.

Zona arqueológica de Mitla, Oaxaca
La zona arqueológica de Mitla está dividida en dos partes, la parte donde se encuentra la boletería y el templo de San Pablo, y la segunda parte, que se encuentra cruzando el mercado. Aquí encontrarás edificios prehispánicos muy bien conservados entre una árida vegetación de diferentes especies de cactus principalmente.
El templo de San Pablo fue erigido en el siglo XVI con las mismas piedras y en la base de antiguas estructuras mixtecas y zapotecas.
Historia de Mitla
Cuando Monte Albán se disolvió, Mitla tomó su lugar como centro político y ceremonial, el más fuerte y poderoso entre los zapotecas del valle. A diferencia de muchos asentamientos prehispánicos, Mitla estaba en su mayor apogeo a la llegada de la conquista española.
Se puede ver claramente la maestría con la que detallaban sus edificios y aún se puede descender a dos tumbas por unas escaleras que llegan a una pequeña entrada de no más de un metro de altura. Para entrar, deberás pasar casi en cuclillas y podrás admirar las bóvedas con paredes adornadas con detalles en piedra.
He de admitir que entrar en las tumbas prehispánicas, es algo que nunca había hecho y es una experiencia de otro mundo, es aislarse del mundo terrenal, estar en la antesala del inframundo. La última morada donde a pocos centímetros descansaron personajes que marcaron la historia de esta grandiosa ciudad.
Abren todos los días de 8:00-17:00, valor de la entrada $70 MXN. Costo por llevar equipo de video $45 MXN.
Pueblo Mágico San Pablo Villa Mitla
Fue incorporado en 2015 al programa Pueblos Mágicos, con la finalidad de impulsar la economía del pueblo y resguardar el bordado, una de las actividades artesanales características de Mitla.
Desde que llegamos traíamos hambrita después de subir, bajar y nadar en Hierve el Agua, así que no nos resistimos a los helados que están justo antes del control del boleto de la zona arqueológica, son la onda, pruébalos, tienen mil sabores, cada uno más delicioso que el otro. Al salir de la zona arqueológica, no queríamos manejar a oscuras, así que nos apresuramos hacia el coche.
En el camino nos encontramos con una señora que vendía tamales de una hojita que no recuerdo el nombre, costaban $5 pesitos cada uno y fueron la cosa más deliciosa. La mejor forma de conocer, saborear y disfrutar a fondo un lugar es vivir las experiencias que su gente ofrece, comer lo que su gente cocina, consume local.
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